Fins demà - #Prólogo

miércoles, 25 de agosto de 2010

Fins demà
¿Y si tu amor fuera de otra época?

Prólogo


Jörg Kaulitz, era un hombre bondadoso, pacífico, serio, divertido, y con gran sentido de la justicia. Su reinado en tierras de Cölln era el mejor que aquellas gentes habían tenido en años, todo transcurría con prosperidad, las tierras eran fértiles, el ganado estaba sano, no había prácticamente delincuencia, y hacía muchísimo tiempo que no los atacaba ninguna plaga, claro signo de que los dioses habían decidido no castigar una tierra gobernada con la digna sabiduría.

Por si toda aquella positividad fuera poca, hacía escasos 2 años, la reina Simone, la esposa que el rey amaba con locura y devoción, había dado a luz al retoño que gobernaría en el futuro el legado de su padre. Un varón sano de fuertes ojos marrones y hambre insaciable… que vio su llegada acompañada de otro bebé, nuevamente varón. Tanta fue la alegría, de que no solo hubiese sido un niño, sino dos, que el reino estuvo de fiesta toda una semana entera.

La reina Simone amaba la música, y siempre que podía, no dudaba en juntarse con las demás damas y danzar algunos bailes junto a los músicos, que honrados por su presencia, tocaban sus mejores temas.

Una fría noche de Enero, esta decidió bajar al pueblo, donde se celebraría el baile mensual que el pueblo hacía en su honor, baile que jamás se había perdido ninguno de los meses. El rey Jörg intentó disuadirla, aquellos últimos días había habido fuertes nevadas por todo el reino, y las calles tenían varios centímetros de grosor de nieve que impedía cruzarlas con total seguridad. Esta rió musicalmente, alegando que la nieve era algo sin vida que no podía alejarla del pueblo, y mucho menos, le impediría bajar a disfrutar de una velada magnifica. El rey rió con ella, su mujer siempre había acertado en todo lo que decía, predijo que el día de su boda haría buen tiempo, que tendría 2 hijos varones, y que los 4 iban a estar juntos hasta el fin de sus días.

Pocos minutos después, el carruaje partía en dirección al pueblo, ambos reyes despidiéndose felices, quedando para cenar juntos después del baile… pero aquel carruaje tirado por dos purasangres negros, nunca regresó. Los pueblerinos, aseguraron más tarde, que la reina nunca llegó a la celebración.

Buscaron durante días y noches cualquier pista sobre que había pasado con la reina, los caballos, y el jinete que guiaba a los jamelgos por los caminos, pero jamás hallaron nada. Solo unas huellas de herradura y carruaje cerca del lago, que les indicaron el posible final que habían sufrido. Probablemente habían caído al lago, que había subido el nivel de agua por las últimas nevadas, y habrían muerto ahogados en el fondo.

Pese a no tener pruebas físicas y ningún cadáver al que velar, el rey declaró 2 semanas de luto en todo el reino por la reina Simone y el hombre que la había acompañado en su fatal desenlace. Lloró como jamás nadie lo había visto llorar, y maldijo a los dioses por haberle quitado la única mujer que lo quería aunque no llevase corona. Y el pueblo lloró con él, la pérdida de la reina Simone había sido la tragedia más grande que habían sufrido en los últimos tiempos, y había sido una reina que se preocupaba por los suyos y no sufría al mezclarse con plebeyos como ellos.

Después de aquellas dos semanas, todo empezó a volver a la normalidad, todo, excepto el rey, se volvió arisco, triste, y no vacilaba a la hora de seleccionar mujeres para disfrutar sus noches solitarias en palacio. Seguía gobernando con sabiduría el pueblo, no les faltaba nada, pero él era la sombra de lo que una vez fue.

Su rencor hacia lo que le había quitado a su esposa era tanto, que tomó una drástica decisión, la música quedaba prohibida en todo el reino de Cölln.

- Si algún menester, tiene el valor desafiar a la monarquía y hacer recitales de música clandestina, las tropas al gobierno de nuestra majestad Jörg Kaulitz – Recitó un orador en la plaza más céntrica de las tierras de Cölln ante los habitantes que escuchaban frustrados y tristes la decisión de su rey – Será castigado con la pena de muerte.

Después de que el reino se sumergiese en el silencio, Jörg se dedicó en cuerpo y alma a los pequeños Thomas y Wilhelm, los hijos que había tenido con su esposa, la reina Simone. Crecieron fuertes y sanos sin recordar más que el nombre de la que fuera su madre, y cuando Jörg los veía, casi parecía que volvía a ser el mismo hombre bondadoso de antes. Los quería con devoción y eran su única razón para continuar con vida. Trataba de criarlos como su fallecida madre lo hubiese querido, y les dejaba hacer todo cuanto creía que ella les habría dejado hacer… al fin y al cabo ella no se había equivocado NUNCA…

Había tenido razón en todo, la nieve no la había alejado del pueblo, la había enterrado para siempre en las aguas que lo abastecían… Y ahora estaba en todos y cada uno de ellos…

Y habían estado los 4 juntos… hasta el fin de sus días en aquellas aguas heladas…

3 comentarios:

Den dijo...

PERFECTO!

Gêmê! quedo hermoso el prólogo T_T Me hiciste llorar, o es que yo con todo me pongo a llorar o es que ando muy sensible ultimamente! No se ke me pasa u_u

Lo que si es seguro es que me ah encantado!! x3!!! Justo lo que necesitabamos *o*!!

Esta hermoso! LO AME! y TE AMO a tii maass!!! *o*!

Kanon dijo...

Tú, lectora de buenos ojos! *_*

A ver si le gusta a la demás gente *_*

aressita dijo...

claro k nos gusta bueno hablo por mi...
esta super...
ansio leer mas..
sigue asi...

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